Mi experiencia personal como docente me ha impulsado a promover esta amplia y abarcativa mirada sobre la forma de enseñar y de aprender. Evidentemente ha llegado el momento de dejar de concebir al “saber” como la mera acumulación de información, la que muchas veces deja en el camino la manifestación de habilidades y conocimientos concretos aplicables al contexto real temporal de las personas.
Mi invitación es a mirar a cada persona con todas sus necesidades, tiempos, intereses e inquietudes genuinas, para recién ahí, decidir tomar el sincero compromiso de acompañarla, buscando la manera más apropiada para hacerlo. Es éste el desafío que impulsa mi tarea. Es un exquisito trabajo de observación, auto-observación, empatía, búsqueda, revisión, orientación, elección, corrección y, por sobre todo, pasión por el despliegue de todo el potencial de cada ser humano.